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viernes, 13 de abril de 2012

"La tierra es una mujer y la mujer es la tierra."





  • Círculo alude al todo, a los 360º de la tierra y a lo que ella contiene, a la integración de lo femenino con lo masculino, a la totalidad, en todos los tiempos los chamanes se sentaron en círculo, lo que la memoria ancestral repite y hoy siempre, espontáneamente nos sentamos de esa manera cuando queremos tratar algo íntimo, sagrado, verdadero. MADRE TIERRA alude al TODO, la Tierra, como referente y parte de un TODO MAYOR, como es el Cosmos.
    Hoy nos convoca al Círculo la integración la fragmentación sufrida, la división, la ruptura del sagrado poder. Esto no significa que el poder del hombre esté completo, todo lo contrario, a ellos también les falta la parte femenina, sólo que este círculo es femenino, destinado a la búsqueda de lo femenino profundo, aquello que fuera censurado hasta hacerlo desaparecer por quienes temerosos del poder femenino, lo asesinaron, quemándolo en la hoguera, millones de mujeres sabias quemadas, y con estas acciones lograron que hoy creamos que nuestro poder no existe o está circunscrito a valores estéticos o laborales de una brutal exigencia que nada tiene que ver con nuestra esencia.
    En un tiempo de terror y competencia de lo yang sobre lo ying, se instaló sobre el planeta una modalidad destructiva de la paz y el equilibrio como es el dominio de la razón y la violencia sobre lo espiritual.

    Si observamos el símbolo del ying y el yang es fácil comprender que el dominio de cualquiera de las partes es un desequilibrio. Esta fragmentación afecta a hombres y mujeres, el planeta es un todo, hombres y mujeres somos un todo, esta pérdida nos deja en este estado de colapso que hoy se vive, guerras eternas, hambre y violencia, la de las calles y las otras , las silenciosas, las que ejercen los grandes grupos de poder. Es tiempo de recordar, y así como fuimos las primeras en sufrir la opresión, hoy nos convoca ese mismo sagrado poder a ser sanadoras una vez más iniciando este camino de retorno al femenino profundo en busca del poder perdido.
    Recordar es una tarea Chamánica, significa regresar, conectar esa parte que nuestra razón olvidó, que es nuestra esencia sagrada, que está allí, esperando que la memoria recuerde y con el recuerdo active las potencialidades de esos tiempos en que éramos Diosas. Este Círculo nace con la intención de recuperar esa parte que se perdió en el tiempo, el poder de lo femenino, lo espiritual ante lo racional, la vida ante la muerte, la paz ante la guerra. 
    La mujer de hoy toma características del varón que no le favorecen y la condenan a una soledad no deseada, estas "hijas del padre" perdidas en la búsqueda siguen tomando como paradigma del poder el referente masculino, por ser el modelo de poder que conocen, ya que nuestras madres y abuelas sólo pudieron mostrarnos como someternos, nuestras Diosas Madres se pierden en el tiempo y es ahora, la propuesta de este Círculo rescatarlas para poder acceder el poder de ser tan poderosas y salvajes como lo deseemos, más allá de los límites, de los tabúes, de los miedos, y de los convencionalismos socio-culturales-religiosos que nos limitan.
    Cuando una mujer está sumida en depresiones, en neurosis, es su femenino profundo que clama por ser reconocido y liberado, la esencia natural y vital pugna por manifestarse, es necesario encontrar la puerta para que pueda fluir.
    Todos tenemos el mismo monto de energía, lo que difiere es el uso que hacemos de ella, si una mujer se somete a lo "que debe ser o hacer" esa mágica y poderosa energía, se transforma en enfermedad, depresión o alguna manifestación negativizada de su poder, se mostrará tensa, angustiada, confundida, obsesiva, crítica, trabajará en una multinacional 14 horas diarias, tendrá una profesión que no ama, correrá tras sus niños esperando que "rindan" como corresponde llevándolos a sus múltiples actividades diarias, tendrá un marido incompetente al que deberá cuidar-soportar, o vivirá sola comprimida entre el estrés, el trabajo, la soledad y la angustia.
    En cada mujer habita una Lilith, aquella que fuera desterrada del paraíso, considerada un demonio, sin embargo, Lilith no nació demonio. En estos maravillosos tiempos donde todo se puede re-descubrir, es la oportunidad de al menos investigar en todas estas supuestas demonizaciones de el poder femenino. La llegada del patriarcado puso fin a los ritos sexuales celebrado en el templo de la Diosa, eliminando así la fuente principal del poder femenino, al considerarlo como, algo digno de ser temido por su influencia sobre los hombres, y que por lo tanto debía mantenerse bajo control. De ese modo, la sexualidad femenina se convirtió en algo diabólico.
    Descubrirla y liberarla es habilitarnos a la vida y a la libertad. Es aprender a vivir bajo nuevas leyes que sólo respondan a la vida


    Junto a ella hay múltiples arquetipos femeninos a nuestra disposición, entre los cuales seguro está aquél que nos permita elegir entre ser aquello que se espera de nosotras o buscar, encontrar y liberar esa fuerza mágica y ancestral que nos habita, para disfrutar y lograr aquello que anhelamos. Recordando La Diosa, somos La Diosa, Madre Tierra,Tonantzin Tlalli, Pachamama.


    Fuente: enlace tomado del grupo lo divino femenino que nos compartieron este enlace  Maria Teresa Monroy Montiel