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jueves, 29 de diciembre de 2011

Desde siempre, milenios por detras Las mujeres nos hemos reunido unas con otras...

Desde siempre.
Milenios por detrás, tiempo sin tiempo.
Las mujeres nos hemos reunido unas con otras.
Siempre supimos de redes, de tramas, de círculos, de mandalas y corazones abiertos.






La luna nos cobija bajo su luz, desde el origen de las mareas.
Menstruábamos juntas. Abrazo de sangre y misterio.
Sintonía perfecta y cósmica.
Las diosas nos guiaban, las manos tejían magia acordonada con caricias, los astros iluminaban los secretos, las miradas se compartían, las visiones se transmitían de boca en boca, de alma a alma.
Guerreras, sabias, brujas.
Juntas teníamos la risa y el llanto.
Juntas sabíamos de hijos, amantes, soles, miedos, juegos.
Juntas crecíamos, compartíamos, creábamos.
Juntas paríamos. Juntas sanábamos. Juntas nos adentrábamos en los secretos de la Anciana Sabia. Juntas nos alejábamos de aquí cuando la Diosa nos llamaba.
Juntas.
Amigas.
Hermanas.
Esa chispa de amor y complicidad, de abrazo y compañía, de beso y contención todavía corre en nuestras venas.
Somos diosas compinches, bulliciosas, cariñosas, solidarias, compañeras.
Somos diosas que gustamos de sentarnos en rueda, contarnos historias y acunarnos.






Somos diosas que danzan y se ríen, creativas, juguetonas.
Somos mujeres en círculo: hermanas laboriosas, solidarias chamanas, con latidos cotidianos, con pociones y silencios.
Una canción nos lleva de la mano y nos trenza el alma desde lo más sagrado.
Danzamos con la Rueda mágica de la Creación.
Soñamos suspendidas en el Aliento Infinito de la Diosa.
Una y otra vez nacemos.
Nos parimos de la mano.
Juntas.
En un mismo latido, le regalamos la Vida al Universo.

©Germana Martin
07-02-09

Circulo Sagrado de Mujeres



Circulo Sagrado de Mujeres 


La doctora Jean Shinoda Bolen es profesora de psiquiatría en la Universidad de California, San Francisco. Es analista jungiana y autora de “The Millionth Circle” a partir del cual se creó la iniciativa del círculo y un movimiento local internacional para la paz y la conexión.






Cuando las mujeres se unen y se comprometen unas con otras a pertenecer a un círculo, especialmente a uno con un centro espiritual, crean un canal de transformación para ellas mismas y un vehículo para cambiar el mundo. Los componentes esenciales del círculo son mujeres que tienen la capacidad de crear amistades profundas y duraderas con otras mujeres.



El arquetipo de las hermanas

La amistad entre las mujeres y los círculos de mujeres no son alianzas temporales porque los principios femeninos de crianza, mantenimiento y apoyo, entre ellas une a las mujeres en un círculo de hermanas. Es el arquetipo de la hermana de las mujeres lo que hace posible que las mujeres se identifiquen entre ellas a través de fronteras nacionales, raciales y religiosas.



El poder histórico de los círculos de mujeres

Los cambios importantes en la condición de la mujer han sido producidos por los círculos de mujeres. El movimiento sufragista de las mujeres se inició a mediados del siglo XIX con cinco mujeres que eran amigas. Los hombres en el poder se resistieron a este movimiento y dijeron que no era natural que las mujeres votaran y las condenaron desde los pulpitos porque actuaban en contra de la voluntad de Dios. El Movimiento Sufragista logró que las mujeres votaran y también tuvo como resultado que las mujeres pudieran poseer propiedades y obtener un salario. Mas tarde, se produjeron el Movimiento de Liberación de las mujeres y el movimiento de mujeres a mediados del siglo XX que nació gracias a los grupos de concientización y a las mujeres que trabajaban juntas, eficazmente por el cambio. A las mujeres nunca se les han otorgado derechos libremente, y ellas no han matado por esto. Los movimientos de mujeres son locales y no están financiados desde arriba/ altos mandos. Crecen a través de la invisible y no jerárquica red de amistad entre mujeres y la capacidad de las mujeres de unirse por medio de la conversación y entonces lograr influir a los hombres y a las instituciones. Los movimientos de mujeres producen una revolución social sin disparos, después de que un número importante de mujeres se involucra en la lucha por el cambio y a su vez, hace que una masa crítica de personas piense de manera diferente.



El poder invisible que fortalece a las mujeres en los círculos

El poder invisible de los círculos de mujeres sobre las mujeres que pertenecen a estos grupos se origina en el poder de las personas sobre los demás, lo cual es extraordinario. La autoestima de una persona, el compromiso, el desarrollo de talento depende de si se nos ha escuchado, valorado, amado por lo que somos, alentado, apoyado y ayudado. Cuando hay apoyo psicológico o práctico para hacer un cambio importante, hay una mayor probabilidad de que el cambio ocurra. El hecho de que otro crean en nosotros o tengan la misma perspectiva que la nuestra tiene un efecto poderoso e invisible. El poder de resistir ante la mayoría tiene origen en el formar parte de un pequeño círculo con personas que piensan de manera similar y nos permite seguir adelante a pesar del ridículo o la oposición.



Alcanzar una masa crítica: el centésimo mono

Una idea cuyo tiempo ha llegado depende de una masa crítica de personas que adoptan una nueva forma de pensar, de sentir, de percibir. Una vez que se llega a esa masa crítica, lo que ha sido rechazado se vuelve aceptado. Lo que alguna vez fue impensable y más tarde adoptado por más y más personas llega a una masa crítica y se convierte en la nueva norma. Las nuevas ideas han sido comparadas con la propagación de un virus en una población que es un modelo para la propagación de una nueva idea o incluso una moda.

Cuando una idea es ridiculizada, especialmente cuando va en contra de la sabiduría masculina convencional, una historia o visión a la cual asirse mientras se continúa el trabajo para lograr un cambio sirve como una fuente de inspiración poderosa. Por ejemplo, el hecho de que los ciudadanos preocupados pudieran poner fin a la competencia de armas nucleares entre Estados Unidos y Rusia era una idea ridícula. Sin embargo, las personas empezaron a intentarlo y el movimiento creció, inspirado en la idea de una masa crítica y la historia del Centésimo Mono. Basado en la teoría del campo mórfico, comprendida intuitivamente, el Centésimo Mono fue el que se convirtió en el número crítico, después del cual, todos los monos, incluso aquellos que no tenían contacto directo con el movimiento hicieron lo nuevo. Los activistas antinucleares se vieron a sí mismos contribuyendo para lograr un número crítico. La historia le permitió a los trabajadores de ese campo creer que lo que estaban haciendo estaba marcando una diferencia incluso ante la ausencia de un cambio visible. Para que hubiera un centésimo mono tenía que haber un décimo sexto, un vigésimo tercero, un septuagésimo quinto y un nonagésimo noveno. Finalmente, el Muro de Berlín cayó, se firmaron tratados contra la proliferación de armas nucleares y la era nuclear terminó.